miércoles, 9 de mayo de 2007

Colección de microrelatos


Femme fétiche


El dormitorio de soltero era la primera habitación de la casa. Esta inhabitual disposición eliminaba la intimidad de una pieza consagrada a la vida más privada de una persona que ha decidido vivir sola. La intimidad, por otra parte, hubiera sido igualmente violada con una disposición distinta de las habitaciones de aquel piso valorado por el casero en una cantidad económica muy por encima de su valor real, pero acorde con los robos a mano armada de la ciudad a la que se circunscribía el inmueble. El espacio para el recogimiento personal y la exención de miradas ajenas quedaba fuera de todo lugar en un hogar atravesado por enormes ventanales, conductores de luz solar y auténticas celosías para ojos ávidos de relatos reales cargados de interés humano.

Gregor, centroeuropeo sin definición exacta de nación, becado por el generoso señor Erasmus, hacía pasar a su bien situada habitación, a las aventureras señoritas que se adentraban en sus dominios deseosas de conocer las artes amatorias de un semental en toda regla, capaz de desafiar al frío de su tierra para demostrar que por aquellos sitios la mente también puede ser un caldero en ebullición.

La habitación estaba pintada de verde. Un verde fuerte, como la piel de un lagarto diseñado por ordenador. Presidida por un ventanal circular, la luz del sol campaba a sus anchas durante el día y la redonda luna, inexplicablemente la luna siempre estaba llena al pasar por la ventana de la habitación de Gregor, parecía estar velando los sueños del centroeuropeo gigoló, cuyos condones becaba la Unión Europea, unión que por otro lado, él se pasaba por el mismísimo Tratado de Maastricht. En el suelo, las pelusas acumuladas mucho tiempo atrás hacían carreras de fondo ayudadas por las corrientes de viento que formaban en las tardes pequeñas muestras de huracanes tejanos. Sin embargo, todo lo que pasaba en aquella habitación no era nada comparado con Audrey Tautou.

Audrey Tautou en un macro póster presidiendo el techo. Audrey Tautou en la auténtica colección de DVD con toda su filmografía. Audrey Tautou estampada en una camiseta. Audrey Tautou en una pegatina en la carpeta de la facultad. Audrey Tautou hasta en la sopa. La imagen de Amélie Poulain repetida mil veces, por todas partes, en todas direcciones. Como si fuera una cámara de vigilancia que no quisiera obviar ningún movimiento en su registro digital. La obsesiva fascinación por una mujer convertida en femme fétiche.

Gregor, promiscuo becario, europeísta por interés orgásmico, tenía una novia no enterada de sus escarceos universitarios, pero igualmente dada al amor libre, que le visitaba fielmente cada viernes al mediodía para echar el primer polvo de una larga lista de embestidas y acogidas húmedas de placer. Lo que no sospechaba la joven jineta, a pesar de la perseverancia de Audrey en el cuarto, era que mientras ella cabalgaba a lomos de su hombre erasmus, éste se dedicaba a pensar en el personaje de ficción francés del que dicen que va a cambiar tu vida, la del espectador en el que entonces se convertía ella. De modo que Gregor cada viernes se dedicaba a follarse a Audrey Tautou en la vagina de una novia que, por otro lado, se dedicaba a follarse a Brad Pitt en el pene de su novio centroeuropeo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Surrealismo:movimiento artístico que intenta buscar y representar una creación y realidad subconsciente, onírica, imaginaria e irracional más allá de la realidad física; bohemio: se aplica a un tipo de vida inconformista, libre y no convencional. Tras leer las definiciones de ambos términos, le aconsejo que cambie el nombre de este género literario que dice haber creado, ya que, para ser más coherente con sus escritos, debería llamarse surrealimo sexual. Si le gusta tanto el término que ha elegido para denominar a su literatura que no quiere cambiarlo, comience a deleitarnos con otros temas y use otras técnicas, ya que si no, aburrirá a sus lectores -nos aburrirá-. No obstante, gracias por escribir.

Anónimo dijo...

Como se nota que no sabe la manera en la que obran los artistas...van trabajando siempre sobre un perfil un tema algo que los motive a explotar la creatividad, crean series, por que cree que a menos que sea una antología poética los libros de poesía publicados por un mismo autor contienen poemas relacionados unos con otros con temas parecidos hasta agotan ciertos sentimientos. Que es todo lo que puedo decir sobre algo es lo mejor que se puede hacer, es profundizar en los temas. ¿Cual es el valor de hablar sobre muchas cosas y banalmente? tiene suerte de poder encontrar este tipo de “colección artística” que solo un pintor literario como este nos puede ofrecer. ¿Con que fundamentos exige ? “Por favor Picasso realmente me tiene podrido con el tema de los cubos…y me estas aburriendo de hecho…” ¿Es este su discurso? Buena suerte con sus exigencias avíseme, por favor, si alguien ha podido complacerlas sin antes burlarse de las mismas. Agregando a mi discurso cualquier invecil puede copiar y pegar definiciones del google, buena suerte también con su método investigativo

A. Moreno dijo...

Me gustaría saber, señor Anónimo, que es lo que piensa realmente sobre el relato en cuestión. No es tan complicado, basta con un: me gusta; o en su caso: ajam, un montón del letras juntas que a mi parecer no se corresponden con una etiqueta. Me parece un poco triste fijarse más en un membrete que en el montón de letras que este caballero algo canalla es capaz de juntar con tanta maestría. También me parece lamentable que todavía exista ese puritanismo obsoleto entre los artistas, ese rechazo a las palabras que algunos consideran malsonantes. Follar, joder, coño, pene, son cosas tan cotidianas que la única palabra que no me entra en la cabeza es censura. En fin, gracias por comentarnos, pero por favor, hagamos un esfuerzo por desencasillarnos y ya que os pasais, comentad los relatos que con tanta ilusión subimos al blog. Gracias de nuevo a todos. Por cierto, me ha gustado mucho, es como un retrato costumbrista pero con cierto tono sinvergonzón, aunque francamente, todo se perdona cuando aparece en nuestra memoria la imagen de Audrey...

José Ibáñez dijo...

Es una lástima que una crítica tan fundamentada venga firmada por un anónimo. La próxima vez firme como wikipedia o google, al menos dejará entrever su fuente. No es mi intención aburrirle, pero no voy a cambiar el estilo porque me lo diga nadie. Mi surrealismo bohemio es libre. Libre de contener la cantidad de sexo que me apetezca y libre de denominarse como me apetezca. Vuelvo a señalar como hago siempre, que no es mi intención ofender a nadie con mis respuestas.

Gracias a alguien por su definición de pintor literario. Realmente me ha emocionado. Es verdad que le doy vueltas y vueltas al tema del sexo. Pero se las doy porque para mí es un tema fundamental. Igual que Picasso con los cubos, yo si aburro, aburriré con clítoris, anos y penes.

Anto, llevas razón como siempre. Subimos los relatos con ilusión y con ilusión leemos los comentarios. A todos agradecemos vuestra atención, pero de veras que preferimos un comentario sobre el relato que sobre teorías literarias o faltas de ortografía. La discusión está en el texto no alrededor de él. Esto es literatura, simplemente. Gracias, por lo de canalla, ésa es otra definición que me gusta.

Anónimo dijo...

Señor Jose Ibañez el comentario no era para usted, era para el polemico y poco fundamentado señor Anonimo

José Ibáñez dijo...

Ya sé, alguien, a quien se refería, pero quería agradecerle su definición de pintor literario.
De todas formas, no se preocupe, últimamente no llamo la atención de nadie.
Estoy pensando en un cambio de nombre literario...ya sabe, eso de vida nueva...no me acuerdo cómo seguía la frase.