domingo, 18 de marzo de 2007

El inicio del Realismo Mágico

"No tengo nada que reprocharles a mis críticos. Era difícil aceptar una novela que se presentaba con apariencia realista, como la historia de un cacique, y en verdad es el relato de un pueblo: una aldea muerta en donde todos están muertos, incluso el narrador, y sus calles y campos son recorridos únicamente por las ánimas y los ecos capaces de fluir sin límites en el tiempo y en el espacio." Juan Rulfo, "Cumple 30 años Pedro Páramo", Excélsior, 16 de marzo de 1985, p. 14ª"



La primera novela de Juan Rulfo es uno de los primeros ejemplos de lo que se entiende por realismo mágico, propio de la literatura latinoamericana y cuya eclosión se dio en los años sesenta de la mano de autores como García Márquez, Cortázar o Vargas Llosa. Esta obra se publica en 1955 y no gozó de una crítica afín, debido a que, como dice el propio Rulfo, inauguraba un nuevo género en el que la apariencia realista se rellena de relatos fantásticos y sobrenaturales.
El argumento de esta novela se remite al viaje de Juan Preciado, protagonista y narrador de la obra, a Comala con el objetivo de encontrar a su padre, Pedro Páramo, cuyo nombre tiene una simbología clara, Pedro=petrus=piedra, que connota dureza y brutalidad; Páramo=páramo=tierra infértil, que nos indica su carácter agrio. Viaja allí porque se lo prometió a su madre en su lecho de muerte, para pedirle todo lo que le debe como padre. Cuando está cerca de Comala se encuentra con Abundio que también era hijo del cacique local y le informa de que su padre murió a manos de otro hijo no reconocido y de cómo llegar al pueblo. Cuando lo hace se halla en un lugar en el que no vive nadie que esté realmente vivo, esto es, Comala está habitado por ánimas que pagan sus culpas aún, ya que el padre Renteria (renta) no las ha absuelto para que se vayan de este mundo. Cuando el propio Juan Preciado se da cuenta de lo que sucede muere y resulta que lo que nos ha narrado ha sido una conversación con otra alma en pena, la de la Dorotea que se encargaba de llevar mujeres al hijo legítimo de Pedro Páramo, Miguel Páramo, que también murió violentamente.
La novela se cierra circularmente con la aparición de nuevo de Abundio, este es un rasgo caracterizador del realismo género. Lo más llamativo de esta obra es la naturalidad con la que se integran los fenómenos reales y los fantásticos y como se compone la obra en dos cajones, uno es la narración propio de Juan Preciado y lo que a él le sucede y el otro es los apuntes que se dan de la vida de Pedro Páramo, puesto que todo lo que sabemos de él es por relatos de otros. El cacique nunca aparece en primera persona. Se habla de él, como de oídas y a fe cierta.
Estilísticamente encontramos rasgos que agudizan la profunda raigambre mexicana de los personajes, aunque no se caiga en la repetición de las exageraciones fonéticas ni morfosintácticas, que son tan dadas en las estilizaciones narrativas de las hablas vernáculas. Este género invita a la congeniación de las culturas latinoamericanas. En este caso se produce una mezcla bastante conseguida de la mexicana, en la que se dan aspectos de la tradición cristiana y la azteca, como por ejemplo en la valoración y actuación del padre Rentería.
La lectura de esta novela es compleja. Requiere un lector activo, si adoptamos la terminología de Eco. Presenta una renovación del concepto de novela y de relato. Él mismo Rulfo cree que el lector es coautor de la obra, ya que él mismo expone que hay lagunas que el receptor debe ir rellenando. Realmente Pedro Páramo no es una novela convencional, ni siquiera dentro del género que inicia. Tiene un gran oscurantismo que hace que sintamos curiosidad leyendo y que sintamos la congoja de vivir entre muertos o de morir entre almas que aún tienen deudas en la tierra. Estas novelas encuentran su razón de ser en lectores que crean en otra vida aparte de la terrena, por muy abstracta que sea. No debemos vincular al realismo mágico ni a esta novela con una concepción trascendentalista y irremisiblemente cristiana, puesto que lo que postula es la realidad y cultura latinoamericanas en las que la vida no es tan cuadriculada como a la los europeos acostumbramos.
Sencillamente Pedro Páramo es una novela que requiere una lectura pausada y con una concentración bastante alta. Bajo mi opinión es una de esas creaciones literarias que esconde más secretos una vez leída que cuando aún las hojas huelen a nuevas. Esta novela necesita de más de una lectura para su comprensión total. Y aún así, nos quedamos cortos.
Es con libros como éste cuando me planteo la posibilidad que tiene de composición una obra más allá de lo teórico. Pedro Páramo es sin duda una de las mejores lecturas que se pueden hacer para conocer qué es el realismo mágico y cómo son los mecanismos que hacen que funcione tan bien en una sociedad en la que la racionalidad es la regla de oro que hace que todo lo que tiene sentido exista y lo que no lo tiene, simplemente no sea siquiera cuestionado.


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