sábado, 20 de enero de 2007

Miedo a la verdad

El recuerdo sobre las ruinas

Parece que han pasado siglos desde la última vez que pude contemplar tu sonrisa. Habrán pasado cientos de cosas de las que no tengo mucha certeza, pero que imagino habrán sido acontecimientos horribles. Se habrán derretido los majestuosos glaciares, cansados, derrotados por el sofocante y creciente calor, y seguramente se han inundado ciudades enteras mientras estabas ausente. Los cada vez más poderosos huracanes, como herramientas de la madre naturaleza encargadas del equilibrio y la justicia, habrán descargado su ira arrasando numerosas ciudades norteamericanas, aunque, embriagados por el poder, se les habrá ido la mano sin querer en las zonas pobres del planeta. El frío humo, las cálidas llamas, los incesantes vertidos, habrán deteriorado tanto el medio ambiente que los bosques habrán llegado a ser llanuras y las llanuras, eriales. Un ejército de cazadores furtivos y constructores despiadados habrá acabado con miles de especies. Probablemente no queden animales sobre la faz de la Tierra y, aunque algunos consiguieran sobrevivir, morirían más tarde de tristeza o abrasados por los vapores tóxicos. Incomprensibles guerras y estúpidas luchas armadas con la ignorancia y la inútil religión como único telón de fondo habrán acabado con millones de vidas mientras te he esperado en mi burbuja, que he ido llenado exclusivamente con sueños en los que sólo aparecías tú. Es posible, incluso, que no quede vivo un solo ser, es posible, tal vez, que sea yo el único que prevalece.
Desde el interior de mi escudo de protección he tenido la oportunidad de verlo todo, he podido ser testigo privilegiado, según científicos millonarios, del declive del ser humano, de la putrefacción progresiva de sus almas y de la muerte de la Madre Tierra a manos del hombre.
Pero he preferido permanecer en el recuerdo, ser el guardián de tu sonrisa.
He preferido atesorar esa imagen y aferrarme a ella como lo único bello, como lo único que podía hacerme sentir vivo, ajeno a todo lo demás.
He cerrado los ojos y he deseado verte sólo a ti.
…he decidido esperarte aun sabiendo que no volverías, he dictaminado mi propia sentencia y he elegido conservar tu rostro en mi cabeza para toda la eternidad…

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Y dicen que nos vamos a cargar la tierra... ¡Qué egocéntricos! ¿No nos damos cuenta de que los únicos que vamos a desaparecer somos nosotros? ¿Que la tierra nos sobrevivirá y lo único que quedará de nosotros serán ruinas de una civilización titánica, que será recordada como un mito, como la Atlátida?

Anónimo dijo...

si y nos la cargaremos, esto es como lo d...el tio q va a correr a un parke pero va en su coche xq el parke esta muy lejos...y lo d la burbuja...yo seria la 1º q m metería incluso hay veces q creo q ya estoy en una.
uff toi fatal...

Anónimo dijo...

Flipo con la peña...yo solo decirte que tienes la facilidad de hacer que tus propias historias lleguen a sentirse como nuestras. Que bonito o que duro, según se mire; pero me encanta!!!!

José Ibáñez dijo...

Anto eres un crak, vaya séquito de seguidorAs que tienes. La niña de la cueva ha dado en el clavo, yo salgo a correr, pero voy andando desde mi casa hasta el sitio en el que me pongo en marcha, otra cosa: la burbuja que da miedo realmente es la inmobiliaria. Hablando de cargarse el planeta: una de las armas de destrucción contaminante es el coche, ¿a veces no da la sensación de que el peatón es un estorbo para la sociedad urbana de consumo o sólo me lo parece a mí? Atentamente: un viandante.

A. Moreno dijo...

Gracias, Jose, y gracias a todos los que dedicáis unos minutos a la lectura de mis idas de bola. Que este mundo se va al carajo no es ningún secreto y que la comodidad en la que se ha asentado medio planeta (los pobres no cuentan, más que nada porqué no tienen coche) estorba, es más, desbarata los planes de la madre naturaleza, tan obstinada en la defensa de su querido medio ambiente. Desde hoy prometo intentar coger menos el coche, en serio.

Anónimo dijo...

mal muy mal, lo peor para el mal de amores es refugiarse en el recuerdo. hace ya unos años me dijo un amigo que "recordar" proviene del latin re-cordis: volver a pasar por el corazón... si te tiras toda la vida recordando irás muriendo un poco cada día. recordar es malo para el corazon...
En cuanto a la burbuja... je, sabes que anuncio me encanta? ese del coche en el que aparecen todos embuidos en una burbuja azul o roja reivindicando su propio espacio. me siento muy identificada con ese anuncio. tener una burbuja te permite contemplar todo lo que pasa fuera sin que te hagan daño, pero se nos olvida que siempre nuestro peor enemigo somos nosotros mismos, y el recuerdo.

Anónimo dijo...

Cathy, hija, se dice embutidos o imbuidos, dependiendo que coño intentases decir... ¿Qué cojones tiene que ver la puta publicidad de la maldita telivisión con lo que ha escrito macnificamente el amigo Anto? Lee también con la cabeza y medita un poco antes de comentar...
Así va el mundo...

Anónimo dijo...

Anónimo, hijo, "imbuido" no existe, efectivamente, pero tampoco "maCnificamente", ni "telivisión". Gracias por señalar mis fallos sintácticos, poniéndote tú como ejemplo con los tuyos, me ha parecido una prueba de humildad excelente.
En cuanto a lo que quería decir... supongo que no más de lo que has dicho tú, aunque eso sí, con un poco más de respeto y de educación.

A. Moreno dijo...

No, no y no. Por favor, esto es un portal sobre literatura, por la literatura, para esos menesteres ya están los infinitos programas del corazón. Cuando he visto que había nuevos comentarios me he alegrado, pero al ver el contenido me he decepcionado bastante. No puedo hacer nada si todos no recogen de la misma forma lo que quiero expresar, es imposible que todo el mundo coincida, es más, el único que sabe lo que he querido decir con este relato soy yo. Creo que ni el mío ni el resto de textos merecen un rifirafe como este. Seguid dejando comentarios, pero, por favor, no os convirtáis en un elemento de mis críticas, bastante pena da ya el mundo para que os “peleéis” dentro de este reducto de paz…
Cathy, aunque no comparta el significado de tus conclusiones te ruego que no dejes de visitarnos, pues sé que disfrutas con nuestros jirones de materia gris.
Y de nuevo, ¡¡gracias a todos!!

José Ibáñez dijo...

Como blogger tengo que mediar en esta trifulca que espero no se vuelva a repetir. Errores gramaticales cometemos todos y lo mejor es reconocerlos desde el respeto y el buen humor, también todos tenemos nuestra particular visión de lo que cada uno escribe y no tiene por qué coincidir con lo que quiere decir el escritor, ni está mal que no coincida. Respaldo a Anto cuando dice que se alegra de ver que hay comentarios nuevos (yo siento sana envidia cuando los comentarios no van dirigidos a mis escritos), pero es muy triste leer comentarios así. Ruego que quien encendió el fuego se disculpe, y la que lo avivó aún más sepa apagarlo del todo. Firmemos la paz, no me gustaría tener que eliminar ningún comentario, porque estoy a favor de la libertad de expresión y porque si me convierto en censor acabaría odiándome. Gracias a todos.

Anónimo dijo...

El ser humano, el más vil y débil de los seres que coexisten en este planeta, la "caña pensante" de la que hablaba Pascal...sus historias y problemas son de una escala completamente despreciable comparado con lo que puede acontecerle a un planeta...pero somos un número bien considerable y, bajo un proceso de "amariconamiento" (si se me permite la palabra), el hombre, que dispone cada vez más y que requiere una mayor confortabilidad en absolutamente todos los aspectos, contribuye día a día a esa degradación del planeta. Es un panorama desolador pero...ese es el panorama.
Yo, en este momento y leyendo el texto, pienso en que realmente estamos aquí de paso y que, más allá de las menciones de anuncios sin venir a cuento y de los errores sintácticos ;), estamos existiendo, estamos en un vasto campo todas las cañas pensando, de forma egoísta y en búsqueda de algo, cada una en su burbuja encerrada soportando las brisas karmáticas que nos tambalean y desestabilizan, o incluso que llegan a arrancar del suelo y llevarse a alguien cercano de un plumazo...Realmente creo que hay que recordarlos con toda su belleza dentro de la burbuja...
De momento habrá que seguir, aguantando vientos y chaparrones, a la espera de que en una tempestad se nos lleve una ráfaga de ese equilibrio cósmico...hasta entonces, si eso que es bello y nos hace sentir vivos sigue arraigado a este planeta, deberíamos procurar estar cerca suya para no conservar de ello simplemente una imagen...
Me ha encantado el texto y lo he tenido que leer más de una vez, gracias por recordarnos algo que solo interpretamos las débiles cañas pensantes...el arte.