sábado, 23 de diciembre de 2006

Surrealismo crítico

Descafeinada memoria histórica
En este país tan poco dado a la memoria no es fácil hacer una ley de memoria histórica. Por eso no es de extrañar que el PSOE aprobara la ley con los votos en contra Izquierda Unida y ERC, que la consideraron insuficiente, además de los del PP, que no la consideró.
IU y ERC se oponen al texto porque no incluye la posibilidad de revisión de juicios, algo que no ha querido admitir el Ejecutivo de Zapatero. Entiendo ambas posturas, pero me posiciono a favor de la primera, es necesario moral e históricamente que quienes fueron perseguidos y humillados reciban ahora su reconocimiento. Pero éste es totalmente insuficiente si al final del proceso siguen apareciendo en los anales como traidores de la patria, desertores, enemigos del pueblo español y tantos otros cargos ficticios usados por aquel dictador afeminado y enano que durante 36 años subyagó al pueblo español y que, como bien dice una gran amiga mía, murió creyéndose realmente el salvador de la patria y el centinela del catolicismo en Europa.
Los que están en contra de la revisión de juicios están en su derecho y no es mi intención hacerles cambiar de opinión ni mucho menos molestarles, pero de veras me gustaría saber a quién se hace daño con esta medida de justicia. Muchos argumentan que se reabren viejas heridas, que estamos ante una nueva división de las dos españas, nada de eso, es todo lo contrario. Una buena ley de memoria histórica sirve para poner las cosas en su sitio, para cerrar definitivamente una de las etapas más negras de nuestra historia, 3 años de guerra y 36 años de dictadura en los que andamos hacia atrás ante los ojos pasivos del resto del mundo.
Un último apunte, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (PP), pretendía hasta que se lo impidió un juez, derribar fosas comunes de la Guerra Civil instaladas en el cementerio de la capital del Turia para levantar nuevos nichos. Uno se pregunta si la corrupción urbanística es capaz de alcanzar el mundo de los muertos. Algunos parecen disfrutar de su trabajo.

2 comentarios:

flora dijo...

Realmente creo que la ley se queda corta pero es fruto de las divergencias teatrales que se dan entre los diferentes grupos parlamentarios. Creo que es una discusión anacrónica pero necesaria. Aunque veo más útil para los españoles darnos cuenta de que no tenemos poder ninguno para decidir el rumbo de nuestro país y que nuestro estado lo pierde en favor de las grandes empresas, que buscan en España reproducir el imperio.

A. Moreno dijo...

Con perdón adelantado, he de decir que los grupos políticos no se pondrían de acuerdo ni en el color de la mierda. Y por otro lado está el escabroso tema de la hipocresía nacional, por desgracia aquel engendro aun camina entre nosotros disfrazado de acomodados arquitectos y pomposas duquesas. Sólo deseo que sea rescatada la verdad que, aunque se sepa, debe ser admitida y confirmada. Deseo que se recuerde que mientras algunos morían de gota, otros morían por hablar, o por ser homosexuales, o de hambre... demasiados años y demasiadas atrocidades para ser olvidados...