sábado, 9 de diciembre de 2006

Crónica desde los campamentos de refugiados saharuis...

Hoy he recibido una llamada de mi amigo Leonardo, el sol aún no había despertado pero el motivo por el que me llamaba tenía el perdón que toda llamada a las 6 de la mañana merece pedir...sin voz apenas pude decir un pobre "¿si?" al que fui contestado con un grito de emoción pronunciando mi nombre. Era Lamina, Leonardo que se encuentra en los campamentos de refugiados le había dejado el móvil y ella no había dudado en llamarme...Os preguntaréis quien es Lamina, simplemente os contaré alguna que otra cosa sobre ella...Lamina tiene 20 años, el año pasado por febrero vio su primer árbol, si, un árbol, de esos que se le caen las hojas en otoño y en los que los perros de toda clase (incluido humanos) más de una vez hemos hecho alguna que otra necesidad fisiológica. Pues bien ella ante la primera vez que vio dicho "objeto" me pidió que le hiciese una foto, asombrada ante él, se la hice y ella lo miraba con ojos con los que aquí un niño de 4 años mira una PSP. Lamina no ha salido del desierto, Lamina probablemente con 50 años esté más cerca de la muerte que de la jubilación prematura, y quizás a esa edad aún no le haya dado tiempo de dejarle una buena pensión a sus 8 hijos, si antes no se le han muerto 10 por hambre, con la que puedan vivir. Quizás incluso no conozca el mar porque su prima la llamó el otro día diciéndole que su primo murió ahogado la primera vez que lo conoció. Quizás a Lamina ni le de tiempo a que le lleve la foto de ella con el árbol y que le explique cuando la vea, que aquí en España a la misma vez que ignoran problemas como los de su pueblo, adornan los árboles por estas fechas gastándose un dinero con el que tal vez su primo no hubiese muerto, ni ellos pasarían el hambre que pasan, hasta dudaría en decirle que le hablo de la denominada época solidaria del año.
Pero nada de esto nos interesa mientras los árboles tengan sus lucecitas y el centro comercial de turno esté abierto para que podamos comprar los regalos y ponerlos debajo del árbol, ¿debajo del árbol?, si Lamina aquí todos en nuestras casas tenemos un árbol...
Feliz Navidad Lamina...

2 comentarios:

José Ibáñez dijo...

Me emocionaste, Pepe. Cada vez creo menos en la Navidad y más en estar con la gente que me importa. Yo tengo una "prima" saharaui y me contaron que cuando llegó a Sevilla iba por la casa abriendo todos los grifos, no había visto el agua o al menos nunca había imaginado que de un tubo de metal pudiese salir el, para ella, mágico líquido. Nos olvidamos del Sahara, que triste. Tenemos una deuda con ellos y no la queremos pagar. Por suerte, hay gente como tú que se guarda el dinero para ir y hacer felices a niños como Lamina y que puedan tener su foto con un árbol hasta que la vida les dé tiempo para vivir en el desierto.

A. Moreno dijo...

Saludos de un recien llegado. Tengo la impetuosa necesidad de rendirme ante personas como tú, tan comprometidos con la verdadera realidad, esa realidad que debería hacernos sentir culpables por el mero hecho de sentarnos en nochebuena a engullir una hipócrita y ostentosa cena. Seguro que Lamina tiene mucho más que enseñarnos de lo que nosotros queremos aprender. Suerte en tus futuros viajes.